Un depósito aduanero es un tipo de almacén muy específico utilizado en el comercio internacional. Se trata de un espacio supervisado por las autoridades aduaneras donde es posible guardar la mercancía temporalmente, sin pagar impuestos o aranceles.
La existencia de este tipo especial de almacenes permite que las mercancías puedan permanecer almacenadas y custodiadas hasta que cumplan los requisitos para ser derivadas a su destino final. Eso aporta flexibilidad a las empresas que comercian internacionalmente, ya que les facilita la gestión de la cadena logística y les permite ahorrar costes.
A continuación, te explicamos cómo funcionan y cuáles son sus características.
Qué es un depósito aduanero: esta es su principal ventaja
Un depósito aduanero es una instalación autorizada por las autoridades aduaneras de un país para el almacenamiento temporal de mercancías mientras se realizan los trámites aduaneros correspondientes.
La ventaja más importante es que la mercancía que se almacena en estos depósitos, que puede ser tanto comunitaria como no comunitaria, permanece bajo un régimen especial de depósito y no paga impuestos de importación hasta que se tramite su asignación a un régimen definitivo.
Es decir, se puede aplazar el pago del IVA y otros aranceles, que deberán ser abonados para la retirada de la mercancía.
Eso permite a las empresas gestionar mejor su stock y organizarse estratégicamente para afrontar el pago de impuestos de la manera más conveniente para ellas.
De forma simplificada, existen dos tipos de depósito aduanero: de titularidad pública o privada. Los depósitos aduaneros públicos pueden ser utilizados por cualquier empresa que lo solicite, mientras que los depósitos aduaneros privados son para uso exclusivo de la empresa propietaria, titular del almacén.
Pongamos un ejemplo para entender mejor la utilidad del depósito aduanero.
Imaginemos que una empresa española hace un pedido a China de 10.000 unidades de un nuevo modelo de patinete eléctrico. El fabricante hace el envío por vía marítima y, cuando la mercancía llega a puerto, pasa a un depósito aduanero autorizado en la zona portuaria.
De ese modo, la empresa importadora tiene un tiempo para presentar la documentación necesaria, facturas de compra, detalles de la mercancía y documentación requerida por las autoridades.
En paralelo las autoridades aduaneras pueden llevar a cabo inspecciones para asegurarse de que los productos importados cumplen con las normativas locales, así como con los estándares de calidad y seguridad.
Cuando las verificaciones estén listas, se inicia el proceso de pago de los impuestos y aranceles correspondientes, paso previo a que la mercancía pueda ser definitivamente liberada y continúe viaje hacia su destino, que puede ser quedarse en el país, reexportarse a un tercero o ser devuelta al país de origen.
En cualquier caso, este tipo de almacén, el depósito aduanero, juega un papel crucial a la hora de facilitar las operaciones comerciales internacionales, por la flexibilidad que ofrece a los importadores y exportadores en términos de planificación logística y fiscal.
¿Qué es el régimen aduanero?
Es el conjunto de normas aplicable a cualquier mercancía que pasa por una aduana, en función de la legislación vigente en cada país. En la UE existen 3 tipos de régimen aduanero:
- De importación
- De exportación
- Regímenes especiales
Es en este tercer apartado donde se encuadra el depósito o almacenamiento, que puede ser a su vez de dos tipos: zona franca o depósito aduanero, que es del que nos ocupamos en este post.
Otras ventajas que ofrecen los depósitos aduaneros
Además de la flexibilidad para el pago de impuestos, otros beneficios interesantes son:
- Almacenamiento a largo plazo: las mercancías pueden permanecer en el régimen de depósito aduanero hasta un año, antes de decidir su destino final, esto supone una ventaja importante frente al Almacén de Depósito Temporal (ADT), otro tipo de recinto que habitualmente se confunde con el depósito aduanero y cuya limitación temporal es de 90 días.
- Facilitación de trámites: las mercancías pueden almacenarse mientras se completan los procesos necesarios para su entrada en el país.
- Seguridad aduanera: los depósitos aduaneros están sujetos a un estricto control por parte de las autoridades aduaneras para garantizar que las mercancías almacenadas cumplan con las regulaciones y normativas establecidas. Esto puede incluir inspecciones periódicas para verificar la conformidad y la integridad de las mercancías.
- Disponibilidad de stock: muchas empresas importadoras utilizan este tipo de almacén para tener mercancía cerca y poder disponer de ella rápidamente cuando la necesiten. Eso supone una tranquilidad extra, de cara a evitar roturas de stock, y permite dar un mejor servicio al cliente.
- Posibilidad de liberación parcial de la mercancía: no es imprescindible retirar toda la mercancía a la vez (pagando las correspondientes tasas), sino que se pueden hacer retiradas parciales, en función de la venta, de forma que el pago de impuestos se haga de forma más equilibrada.
Debido a estas y otras ventajas, el depósito aduanero es un tipo de almacenamiento estratégico para empresas que se dedican al comercio internacional de mercancías.
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