¿Sabes que el impacto de las operaciones logísticas globales es responsable de una parte significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero? Por eso, para las empresas del sector, reducir la huella de carbono es un desafío importante. Y no solo por responsabilidad social, también por tener ventaja competitiva frente a empresas menos comprometidas con el medio ambiente.
¿Está tu almacén haciendo todo lo posible para controlar su impacto ambiental? Vamos a repasar algunas de las decisiones estratégicas más relevantes para reducir la huella de carbono en almacenes.
Algunas acciones importantes para la reducción de la huella de carbono
Las operaciones dentro de un almacén, según cómo estén diseñadas o gestionadas, pueden ser la causa de emisiones innecesarias.
Muchos almacenes, incluso aquellos equipados con tecnologías avanzadas, siguen manteniendo procesos que resultan costosos para el planeta. A veces, basta con hacer algunos cambios estratégicos para mejorar el impacto ambiental de la actividad, reducir la huella de carbono y apostar definitivamente por la logística verde.
¿Qué te parece si revisamos en qué áreas se puede intervenir para implementar mejoras?
1. Control de la iluminación
Uno de los puntos clave en cualquier almacén es la iluminación. Los sistemas tradicionales son grandes consumidores de energía. Según los casos, en almacenes poco optimizados, podemos hablar incluso de despilfarro energético en cuestión de iluminación.
Implementar soluciones de iluminación más eficientes es un cambio sencillo pero muy efectivo:
- Iluminación LED: este tipo de luces consumen hasta un 80% menos de energía que las luminarias convencionales y tienen una vida útil mucho mayor, lo que se traduce en menos residuos y reemplazos.
- Iluminación inteligente: incorporar sensores de movimiento y control de intensidad ajustable evita que las luces estén encendidas cuando no es necesario.
- Luz natural: instalar claraboyas y ventanas en lugares estratégicos reduce el uso de luz artificial durante las horas del día. Además, pintar las paredes de colores claros permite que la luz se refleje mejor, iluminando más con menos.
Todas estas medidas combinadas no solo reducirán la huella de carbono, sino que también van a disminuir la factura eléctrica. Merece la pena estudiar soluciones de iluminación por el ahorro tan significativo que supone a largo plazo.
2. Control de la temperatura
Mantener una temperatura adecuada en un almacén es esencial tanto para la conservación óptima de mercancías como para el bienestar de los empleados. Sin embargo, hacerlo de manera eficiente es clave para no disparar el consumo energético.
- Aislamiento de paredes, techos y puertas: un buen aislamiento es fundamental para evitar la pérdida de calor o frío. Cuanto mejor aislado esté el almacén, menos energía se necesitará para mantener una temperatura constante.
- Sistemas de ventilación, calefacción y aire acondicionado profesionales: con un sistema diseñado para reducir los picos de consumo.
- Equipos eficientes: la elección de equipos de calefacción y refrigeración con una buena calificación energética también impacta significativamente en el consumo.
- Cortinas de aire industriales: este tipo de cortina ayuda a aislar los distintos espacios y mantener su temperatura, al reducir las fugas de aire caliente o frío.
- Paneles solares: es una inversión con un retorno excelente, siempre que se realice tras un estudio previo para obtener el mejor rendimiento posible. Los paneles solares para generar energía limpia es una opción cada vez más accesible que puede llegar a cubrir una gran parte del consumo energético del edificio.
3. Control de residuos
Los residuos en un almacén no solo generan un impacto ambiental, también repercuten en los costes de gestión y espacio perdido. Minimizar, reutilizar y reciclar deben ser los pilares de una política de residuos responsable.
- Minimizar el uso de papel: digitalizar los procesos es la forma de dejar atrás la gestión en papel definitivamente.
- Reutilizar y reciclar: crear una política interna para reutilizar materiales de embalaje y fomentar el reciclaje de los mismos reducirá los desechos. Optar por materiales reciclables o biodegradables también marca una gran diferencia.
- Packaging verde: el embalaje ecoamigable no solo reduce residuos, sino que puede ser un factor diferenciador para tus clientes. Usa cartón reciclado, materiales compostables y minimiza el tamaño del packaging.
4. Gestión inteligente
En este punto, la tecnología y las metodologías avanzadas juegan un papel crucial.
- Implementa un SGA: un sistema de gestión de almacenes como nuestro SGA TWO permite optimizar el espacio y los recursos, reduciendo la necesidad de energía y mejorando el flujo de trabajo.
- Emplea métodos lean: aplicar los principios del lean warehousing te permitirá hacer más con menos, eliminando desperdicios en todos los niveles de las operaciones.
- Utiliza vehículos eléctricos: optar por carretillas elevadoras y otros vehículos eléctricos mejora la calidad del aire en espacios cerrados, al margen del ahorro que supone no depender de combustibles fósiles.
Por último, es importante tener conciencia de que la reducción de la huella de carbono no es solo una responsabilidad hacia el medio ambiente, también es una oportunidad de negocio, ya que cada medida que se implementa, si se hace de la manera adecuada, ayuda a mejorar la eficiencia de las operaciones y reducir costes.
El almacén del futuro es inteligente, eficiente y, sobre todo, sostenible. Llámanos, te ayudamos a mejorar.