Búfer de almacén o almacén intermedio

Qué es un búfer de almacén: ventajas y desventajas

En ocasiones, las empresas necesitan un lugar estratégico donde almacenar mercancías temporalmente. En esos casos, la solución es un búfer de almacén. 

Estos depósitos temporales de mercancía permiten a las compañías controlar los riesgos que puedan surgir en la cadena de suministro y mantener el control sobre la producción o distribución de sus productos. De este modo, evitan que su actividad se paralice, incluso en escenarios imprevistos o inestables. 

¿Quiéres saber qué es un almacén regulador o búfer y para qué se utiliza?

 

Qué es el almacenamiento en búfer (buffer wharehousing)

A veces la cadena de suministro se rompe y las operaciones no fluyen según las previsiones. Hay infinidad de motivos por los que podrían producirse interrupciones en la producción y el suministro, por ejemplo:

  • escasez de materias primas
  • averías, roturas de maquinaria, accidentes
  • oscilaciones del mercado y picos de demanda que superan la previsión
  • problemas con los proveedores
  • retrasos en el transporte debido a razones meteorológicas, huelgas, etc.

Este tipo de eventos rompen la cadena de suministro y ocasionan importantes pérdidas. 

Sin embargo, una buena gestión puede hacer que estas incidencias no alteren el ritmo de trabajo o, al menos, se minimicen las consecuencias. Una de las medidas que se pueden tomar para evitar estar supeditados a este tipo de imprevistos es tener un búfer.

Un búfer de almacén es un espacio intermedio ubicado entre dos etapas de la cadena de suministro, con el objetivo de acumular una cierta cantidad de stock, suficiente para garantizar la fluidez de las operaciones y que no se pare el ritmo de producción, distribución o entrega. 

Estos espacios también se conocen como almacenes intermedios, de seguridad o de compensación. 

Muchas compañías cuentan con este tipo de zonas de almacenamiento intermedio dentro de sus mismas instalaciones, como “puente” entre los distintos procesos, por ejemplo, entre producción y almacén, o entre la zona de consolidación y la de shipping, o envío de productos finales.

El búfer también puede ser de gran utilidad en aquellos casos en los que el suministro de productos y la demanda no van a la misma velocidad. Un espacio de almacenaje temporal es sumamente útil para evitar descuadres.

También utilizan habitualmente buffers las empresas minoristas, para comprar y almacenar mercancía temporalmente antes de las grandes campañas de venta, ya que por lo general no disponen de ese espacio extra en sus propios almacenes. En estos casos se suele recurrir a operadores logísticos externos.

En cualquier caso, la idea es que el búfer sirva como “colchón”, es decir, reserva de materiales o mercancía entre dos etapas, de forma que puedan absorber y amortiguar cualquier incidencia y no se comprometa la actividad. Los buffers ejercen como reguladores de existencias y evitan que se produzcan roturas de stock

 

Ventajas y desventajas de tener un búfer de almacén

Tener un búfer puede ser de gran importancia para una empresa, ya que permite garantizar una actividad continuada y sin interrupciones. No obstante, hay que tener en cuenta algunas consideraciones y valorar los pros y contras de crear y mantener un espacio de este tipo.

Por un lado, el búfer:

  • Garantiza el abastecimiento y que no se paralicen procesos por falta de mercancía
  • Evita costosas interrupciones en la cadena de suministro
  • Facilita la respuesta ante los clientes incluso en momentos de inestabilidad
  • Permite ajustar los tiempos cuando no todos los eslabones de la cadena operan al mismo ritmo
  • Es una instalación clave a la hora de afrontar campañas puntuales en los que se esperan picos de ventas

¿Qué otros aspectos hay que tener en cuenta para valorar la conveniencia de un búfer?

Principalmente, los costes que supone disponer de ese espacio, acondicionarlo y destinar operarios para mantenerlo. Además, para una empresa supone un esfuerzo extra de gestión para tener en todo momento control sobre el stock disponible. 

Aunque la administración de un búfer es más sencilla que la de un almacén convencional, ya que normalmente se utilizan para guardar mercancías durante tiempos cortos, igualmente hay que gestionar las entradas y salidas y registrar cualquier movimiento del inventario. La mercancía tiene que ser fácilmente localizable y accesible.

Lo ideal es integrar la gestión del búfer en el software de gestión de almacén o SGA, que proporcione información en tiempo real sobre las cantidades de inventario, avise cuando los productos se están agotando, controle fechas de vencimiento, etc.

Además, es posible implementar diferentes automatizaciones: lanzaderas, sistemas de almacenamiento y recuperación (ASRS), etc.

Por eso, hay que valorar en cada caso la conveniencia de disponer de uno o varios búfers, dentro de las instalaciones de la empresa o externos. La ubicación ha de ser estratégica, en función de la dinámica de cada almacén, sus características, el tipo de productos que gestione y las necesidades de su mercado.

 

Asegura tu actividad con un búfer

Hay muchas empresas que recurren al búfer para mejorar su eficiencia. Si crees que es tu caso, te recomendamos ponerte en contacto con profesionales y hacer una consultoría que determine cuáles son las mejores soluciones.

¿Te ayudamos a hacerlo? Llámanos y pregúntanos sin compromiso.