Cuando nombramos la logística de almacén puede parecer que solo nos referimos a un tipo de almacén. Y no es así.
En realidad existen muchas clases de almacenes y se clasifican según su función logística, su ubicación, sus características técnicas o incluso su régimen fiscal. ¿Cuántos tipos de almacén conoces tú?
Cada tipo de almacén cumple una función diferente y tiene necesidades logísticas propias, por lo que es importante diferenciarlos.
Con este post esperamos ampliar tu conocimiento hablándote de cuáles son los tipos de almacén más habituales y sus principales características.
Principales tipos de almacén: según actividad, tipo de recinto, producto y automatización
Hay más divisiones posibles, pero te vamos a presentar las que, a nuestro criterio, son más habituales para clasificar distintos tipos de almacén.
1. Según su ubicación y la actividad que realicen
Según dónde estén situados y su función logística, podemos dividir los almacenes en distintas categorías:
Almacén de aprovisionamiento
Es aquel en el que se almacenan las materias primas o cualquier tipo de elemento necesario para abastecer el proceso de producción de un determinado producto.
Un almacén de aprovisionamiento debe garantizar que siempre haya lo necesario para mantener la producción de una factoría sin que se interrumpa en ningún momento por la falta de algún suministro. Por ese motivo, suelen estar situados muy cerca de la fábrica a la que dan servicio.
Almacén central
Suele estar ubicado en un lugar cercano al centro de fabricación, para que desde allí puedan ser derivadas fácilmente las mercancías.
Almacén de distribución
También llamados regionales, este tipo de almacenes suelen estar ubicados en un lugar cercano al punto de consumo o cliente final, y dan cobertura a una zona geográfica específica, de manera que dentro de ella se pueda garantizar el abastecimiento y proceder a una distribución rápida de los productos.
Almacén de tránsito
En algunos casos, por razones logísticas es preferible utilizar un almacén de tránsito, ubicado entre el almacén central y el regional, sobre todo cuando entre ambos hay una larga distancia y se necesita un punto de almacenaje provisional.
Los almacenes de tránsito suelen tener un flujo constante de mercancías y no se acumulan stocks por mucho tiempo.
Sirven de punto intermedio en el camino hacia el siguiente punto de la cadena de suministro o para facilitar el agrupamiento de mercancías que van a ser enviadas a un mismo destino. Son muy utilizados para la logística de comercio electrónico.
Almacén temporal
Como su nombre indica, son los que se utilizan para almacenar mercancía temporalmente en casos de picos de demanda. En ellos se almacena el stock de productos de consumo estacional o de temporada, cuya demanda sube solo en momentos puntuales.
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2. Según el tipo de recinto: almacenes de interior y de exterior
En este caso nos fijamos en si el almacén está o no techado y el tipo de cerramiento que tiene la instalación.
Veremos que hay almacenes cubiertos o de interior, en los que la mercancía permanece bajo techo protegida de las inclemencias meteorológicas.
En los almacenes de exterior, la mercancía se almacena al aire libre, simplemente dentro de un recinto convenientemente señalizado.
3. Según el tipo de producto
Es otra de las clasificaciones posibles. En función del producto existen los siguientes tipos:
Almacén de materias primas
Suelen estar muy cerca de los centros de producción, y es habitual que sean además almacenes de aprovisionamiento para mantener activas las líneas de producción de la industria a la que dan servicio.
Almacén de productos terminados
Son aquellos en los que se acumula el stock de la empresa. Es posiblemente el tipo de almacén más habitual.
Almacén de repuestos y/o accesorios
Son importantes para un buen servicio posventa, ya que en ellos se almacenan las piezas para reparaciones o averías, o para sustitución de elementos dañados o accesorios de los productos principales.
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4. Según el grado de automatización
Existen almacenes convencionales o con un bajo nivel de automatización, y otros que podemos llamar almacenes inteligentes, con un alto nivel de automatización.
En el primer caso, lo habitual es utilizar estanterías metálicas, con más o menos altura en función del tipo de carretillas elevadoras que se utilicen: estas pueden ser contrapesadas o de mástil retráctil, que necesitan menos espacio para operar y alcanzan más alturas.
En cualquier caso, el rango de optimización es limitado.
Otros almacenes, con mayor grado de automatización han implementado sistemas de almacenaje inteligente.
Por ejemplo, hay almacenes automáticos dotados de transelevadores para palets o miniloads, dispositivos que recorren los pasillos recogiendo y colocando mercancías en los estantes. Son sistemas que aumentan la productividad y el aprovechamiento del espacio de almacén es máximo.
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La importancia de elegir el sistema de almacenaje más adecuado para cada caso
Existen más tipos de almacenes, en función del tipo de mercancías que alberguen, de las condiciones fiscales que (las zonas francas, por ejemplo, con determinadas exenciones de impuestos, también son un tipo de almacén), si están especializados en dividir o consolidar las cargas, etc.
En cualquier caso, lo más importante siempre es elegir el layout o diseño y distribución del almacén para obtener el mayor rendimiento posible.
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