AMR Robots Móviles Autónomos

[AMR] Robots Móviles Autónomos, el futuro del almacén

Los almacenes que están buscando formas de automatizar sus procesos, tienen la vista puesta en las posibilidades que ofrecen los Robots Móviles Autónomos. 

Tanto para ocuparse de tareas pesadas como ligeras, de precisión o en condiciones especiales de seguridad, los AMR están incorporándose a gran velocidad en sectores diversos, como la agricultura, la sanidad, la hostelería y, por supuesto, la logística.

¿Por qué utilizar el tiempo de trabajo de tus empleados para trabajos duros, como el desplazamiento de la mercancía en el almacén? 

Si se automatizan con AMR, los operarios pueden centrarse en tareas de alto valor. Así, tu empresa estará aprovechando mejor sus recursos e incrementará su productividad.

Los Robots Móviles Autónomos son la solución que muchos almacenes están buscando.

¿Qué es un Robot Móvil Autónomo?

Un Robot Móvil Autónomo es un tipo de robot que utiliza inteligencia artificial, aprendizaje automático y una combinación de cámaras o sensores para interpretar su entorno, diseñar su trayectoria y moverse por el almacén sin necesidad de un sistema de guiado físico.

Gracias a los dispositivos que lleva instalados puede “leer” el entorno, evitar obstáculos y redirigir su trayectoria para completar la tarea asignada. Todo ello sin depender de un operario humano que lo vaya guiando, solo de la programación previa de su software.

Los AMR se utilizan cada vez más en almacenes, centros de distribución y empresas logísticas. Su capacidad de moverse autónomamente los convierten en una solución innovadora para mejorar la eficiencia de las operaciones, aumentar la velocidad del trabajo y realizar tareas de forma segura.

Ventajas de emplear AMR en el almacén

Aunque seguro que ya te haces una idea de la enorme ventaja competitiva que supone automatizar tareas con dispositivos robóticos autónomos, vamos a contarte las principales:

1. Mayor seguridad para los trabajadores

Muchas de las empresas que ya utilizan AMR, lo hacen para tareas que serían perjudiciales o imposibles para los trabajadores humanos, como la limpieza y desinfección de zonas donde la seguridad sea un factor crítico, el transporte de cargas pesadas en entornos industriales o el trabajo en zonas expuestas a condiciones difíciles: poca iluminación, emisiones tóxicas, temperatura extrema, etc. 

2. Mayor productividad

Las empresas que cuentan con soluciones AMR para mover el inventario, pueden dedicar el grueso de sus recursos humanos a actividades estratégicas o de alto valor añadido, como por ejemplo, brindar una atención al cliente personalizada y de calidad excepcional.

Además, la productividad aumenta, ya que los AMR pueden trabajar sin pausas (u observando pausas mínimas para recargarse, según los casos). De esta manera, los tiempos de inactividad se reducen a mínimos. La capacidad operativa del almacén aumenta.

3. Mayor flexibilidad

Los AMR no necesitan estar bajo la supervisión directa de un operador. Gracias a los sistemas de cartografía avanzada y localización, son capaces de evaluar el entorno, adaptarse y ofrecer respuestas autónomas, con soluciones basadas en el aprendizaje automático.

Su flexibilidad es su mayor cualidad y lo que los convierte en una herramienta valiosa para los almacenes modernos.

Robots Móviles Autónomos y Vehículos de Guiado Automático: cuál es la diferencia

A la hora de elegir qué automatizaciones aplicar en tu almacén vas a encontrarte con que hay dos tipos de dispositivos, los AMR y los AGV. ¿Cuál es la diferencia y cuál se adapta mejor a sus necesidades?

Tanto los Automated Guided Vehicle (AGV) como los Autonomous Mobile Robot (AMR) se utilizan para el transporte de materiales dentro del almacén, aunque existen diferencias importantes tanto en su funcionamiento como su flexibilidad: 

  • El AGV: es un robot que se desplaza siguiendo trayectorias o vías establecidas, como cintas magnéticas, cables, sensores u otros sistemas. Las rutas que siguen están predefinidas, de modo que cualquier cambio implica variar la instalación y programar instrucciones nuevas, lo que supone costes importantes. Además, tienen ciertas limitaciones. No son dispositivos inteligentes, de modo que, si un obstáculo impide el avance, el robot se detiene hasta que el obstáculo es eliminado.
  • El AMR: funciona de manera autónoma, no necesita guías fijas para desplazarse. Además, su sistema de navegación es más sofisticado. Está dotado de sensores que le permiten mapear la zona y moverse sin necesidad de guías. Por tanto, sortean obstáculos y eligen rutas alternativas, en el caso de que se encuentren con algún elemento que bloquee su ruta principal. Esta última opción es más flexible, recomendable para entornos cambiantes que requieran un dispositivo con autonomía, sin depender de que se instalen guías para su desplazamiento. 

Y, ahora, la pregunta más importante ¿qué tipo de dispositivo conviene en cada caso?

Pues te vamos a decir que depende de diversos factores, y que lo correcto sería hacer un análisis de las características de la actividad, de la instalación y de las necesidades logísticas de la empresa.

Pero por darte una referencia, los Vehículos de Guiado automático se utilizan en almacenes en los que las necesidades de desplazamiento implican movimientos repetitivos, sin variaciones.

Hoy por hoy los Robots Móviles Autónomos, más sofisticados, se emplean en almacenes que necesitan flexibilidad. Si hay alguna variación en sus tareas, o es necesario asignar nuevas instrucciones, no hay que tocar la instalación, solo cambiar las órdenes en el software. Por eso es la opción más recomendable cuando las necesidades son cambiantes.

¿Los AMR son la solución que necesitas? Vamos a verlo

Para encontrar la mejor solución en cada caso, es necesario hacer un estudio de las necesidades de cada almacén. Lo recomendable es llevar a cabo una consultoría logística y personalizar las estrategias.

Podemos ayudarte a mejorar tu empresa. Solo tienes que ponerte en contacto con nuestro equipo y te asesoramos sin compromiso.

Qué es la cadena de suministro y cuáles son sus fases

[Supply chain] ¿Qué es la cadena de suministro y cuáles son sus fases?

En los últimos tiempos, los medios de comunicación hablan con cierta frecuencia de crisis en la cadena de suministro y de los problemas que esa situación genera. Pero ¿sabrías definir con exactitud qué es la cadena de suministro y por qué es tan importante?

Hoy por hoy, las redes por las que se mueve el comercio internacional revisten una enorme complejidad. Tanta, que cualquier alteración en un punto de la llamada cadena de suministro puede ocasionar un “terremoto” logístico global, como sucedió en 2021 cuando un buque bloqueó el canal de Suez.

Hoy queremos explicarte qué es la cadena de suministro y por qué es clave para garantizar el abastecimiento global.

 

Qué es la cadena suministro

La cadena de suministro o supply chain es el ciclo completo que recorre una mercancía, desde su etapa de preproducción, cuando aún solo existen las materias primas, hasta que ya es un producto manufacturado y listo para entregar al cliente final. 

Todo ese recorrido es lo que comúnmente se conoce como cadena de suministro y, para que funcione de forma fluida y sin interrupciones, requiere una coordinación perfecta entre todos los eslabones que participan directa o indirectamente, colaborando en los procesos de gestión.

Gestionar la cadena de suministro implica diseñar una perfecta transición de un eslabón a otro de cara a aumentar la eficiencia. La clave es gestionar el proceso en su conjunto, desde la obtención de las materias primas hasta que el producto manufacturado llega a su destino, y hacer crecer el valor del producto durante todo ese trayecto. 

El fenómeno de la globalización y, en concreto, el crecimiento imparable del comercio electrónico, ha hecho que las cadenas de suministro sean cada vez más extensas. 

Hoy las fronteras comerciales se han difuminado. Un producto puede fabricarse en un punto del globo y ser transportado a miles de kilómetros para ser vendido. Por el medio hay muchos intermediarios coordinados, hay aduanas, hay empresas transitarias, hay transportistas y almacenistas…

Es fácil imaginar que cualquier alteración puede romper el flujo de mercancías. Por eso hoy se habla de la necesidad de buscar fórmulas para crear cadenas de suministro más flexibles y resilientes.

 

¿Logística y cadena de suministro son lo mismo?

Aunque muchas veces se utilizan en contextos similares, no son conceptos idénticos.

Podríamos decir que la logística es un eslabón más de la cadena de suministro, y se encarga de la gestión de estas tres fases:

  • El almacenamiento de productos y mercancías
  • La organización del transporte 
  • La distribución de los productos y mercancías hasta el cliente final

El concepto de cadena de suministro es mucho más amplio. Abarca desde la planificación previa a la producción hasta otras tareas adyacentes, como por ejemplo el marketing y las ventas.

 

Las 5 fases principales de la cadena de suministro

Lo primero que hay que tener en cuenta es que existen muchos tipos diferentes de cadenas de suministro. Una mercancía fabricada en Taiwan que se vende en tiendas minoristas de Europa, pasa por una cadena de suministro más compleja que un producto fabricado y distribuido dentro del mismo país. 

La cantidad de intervinientes o eslabones, la distancia, la complejidad de las operaciones, crean diferencias muy significativas.

No obstante, se pueden establecer unas fases básicas, comunes a todas las cadenas de suministro. Son estas:

 

1. Planificación

Cada empresa debe valorar sus opciones estratégicas orientadas a la producción. 

Por ejemplo, debe decidir dónde va a adquirir las materias primas o componentes, si en proveedores nacionales o extranjeros. O si se va a producir bajo demanda o para generar stock. O si se va a subcontratar alguna parte de la producción.

La planificación también implica diseñar las instalaciones, tanto de fabricación como de almacenamiento, y ajustar todo el proceso a los objetivos empresariales de la compañía. 

La fase de marketing y ventas entraría también en planificación, aunque de forma ideal tiene que estar presente en toda la cadena de suministro.

 

2. Aprovisionamiento

Una vez planificado el proceso productivo, hay que comprar materias primas o componentes. Eso implica elegir proveedores, negociar precios y diseñar una estrategia de compras en coordinación con la producción, para no comprometer los niveles de stock.

 

3. Producción

En esta fase se organiza todo el ciclo de fabricación de los productos, desde su diseño hasta las condiciones de almacenamiento o el empaquetado más conveniente. La fase de producción también implica cumplir la normativa vigente para cada tipo de producto.

 

4. Expedición

Comprende todos los pasos desde que se recibe una consulta de un cliente hasta que se confirma el pedido, se prepara para su expedición, se diseña un plan de transporte y se entrega, bien a un minorista, bien a un cliente final.

 

5. Retorno

En ocasiones, los productos expedidos vienen de vuelta por diversas causas: productos defectuosos o al límite de su vida útil, errores en el envío, cambio de artículos.

De esta fase se ocupa la llamada logística inversa, que también gestiona el retorno de envases y embalajes para su reciclado.

 

Optimiza la gestión de la cadena de suministro

Utilizar las herramientas digitales que hay hoy disponibles en el mercado y hacerlo de la forma adecuada, te va a ayudar a mejorar la efectividad y el rendimiento. 

Implementar un sistema de gestión de almacén o SGA, como el SGA TWO de SCM Logística, es la forma de sacar el máximo partido a un almacén, llevando el control de forma automatizada de todos sus procesos. 

Podemos ayudarte a diseñar una solución personalizada para dar un salto en la gestión de tu almacén. Solo tienes que ponerte en contacto con nuestro equipo. Llámanos y te asesoramos sin compromiso.

Qué es un operador logístico

¿Qué es un operador logístico? Los 5 principales tipos

El funcionamiento de la cadena de suministro no puede entenderse sin la participación, en mayor o menor medida, de los operadores logísticos. Cualquier empresa que se dedique a la comercialización de mercancías necesita su colaboración para cubrir distintas funciones.

Para las empresas, la subcontratación de determinadas funciones de la cadena de suministro, delegando en operadores externos, es una decisión estratégica importante. 

Por eso en este post queremos explicarte qué es un operador logístico y qué tipos existen, así como algunas claves a tener en cuenta a la hora de elegir la mejor opción para tu empresa. 

 

¿Qué es un operador logístico? 

Un operador logístico es una empresa especializada que se ocupa de gestionar procesos de la cadena de suministro de otra empresa. 

Dicho de otro modo, es un proveedor de servicios logísticos a terceros que asume más o menos funciones en función del tipo de operador de que se trate. Para prestar esos servicios, debe contar con la infraestructura necesaria o encargarse de gestionar la subcontratación a terceros, si fuese necesario. 

Muchas empresas se plantean la posibilidad de externalizar procesos, entre ellos, contratar a un operador logístico al que derivar determinadas tareas. Especialmente cuando son empresas en fase de crecimiento, se encuentran con que encargarse de gestionar internamente de las actividades logísticas ya no resulta operativo, porque consume demasiados recursos que son necesarios para el desarrollo de su actividad principal.

Pero un operador logístico también puede ser necesario cíclicamente, en momentos en los que se prevé un aumento de la demanda que supera la capacidad de gestión de la empresa, o para afrontar picos inesperados que requieren unos recursos de los que la compañía no dispone. 

En esos momentos se debe analizar la posibilidad de subcontratar los servicios logísticos, parcialmente o en su totalidad, para mantener la calidad del servicio. 

Un caso muy habitual es el de la empresa que cuenta con un pequeño almacén que, ante al aumento de pedidos, resulta insuficiente y se encuentra desbordado, con todos los inconvenientes que eso supone en el día a día. 

En ese momento se plantean: ¿qué es mejor, adquirir un espacio mayor, acondicionarlo y gestionarlo, o bien contratar a un operador logístico que se ocupe del almacenamiento, mientras la empresa se centra en su actividad principal?

La misma pregunta se plantea con el transporte, el packing de productos y otras tareas logísticas necesarias para la actividad. Como ves, delegar en terceros este tipo de funciones es una decisión empresarial importante que debe tomarse tras analizar a fondo la estrategia empresarial en cada caso.

 

Estos son los 5 tipos de operador logístico

Como te explicamos en el punto anterior, existen distintos tipos de operadores según las funciones que asuman. Son estos:

  1. 1PL o First Party Logistics: también se conocen como operadores logísticos primarios, solo se encargan del transporte y distribución de la mercancía de sus clientes.
  2. 2PL o Second Party Logistics: transportan la mercancía y la almacenan el tiempo que sea necesario. Son los dos niveles más básicos de externalización.
  3. 3PL o Third Party Logistics: además de lo anterior, el 3PL asume la responsabilidad de la gestión del almacenamiento. Se encarga del control del stock, la preparación de los pedidos y la coordinación de los transportes. En algunos casos, puede incluso asumir tareas de atención al cliente y gestión de devoluciones.
  4. 4PL o Fourth Party Logistics: es un paso más de responsabilidad en la cadena logística, que implica hacerse cargo de labores de coordinación entre distintas empresas (incluso varios 3PL). Ejerce de supervisor de procesos especializado, en casos en los que se exigen altos estándares de calidad en el servicio. 
  5. 5PL o Fifth Party Logistics: se trata del operador con más funciones, ya que coordina la cadena logística al completo. Integra a los 3PL y 4PL, y ofrece además soluciones tecnológicas avanzadas, que incluyen sistemas basados en Inteligencia Artificial y Big Data.

Contratar a un operador logístico en el momento oportuno puede ser muy beneficioso para tu empresa. 

La principal ventaja es la reducción de costes en almacenamiento, distribución y transporte. Ten en cuenta que los operadores suelen trabajar a gran escala y establecer sinergias entre ellos, lo cual contribuye a que puedan ofrecer tarifas ventajosas para sus clientes.

Para las empresas, dejar la gestión logística en manos profesionales supone tranquilidad. Un operador eficiente tiene la estructura organizativa necesaria para prestar un servicio de calidad. 

 

¿Necesitas ayuda con la gestión logística de tu empresa?

Sea cual sea la tarea para la cual necesites la colaboración de un operador logístico, tienes que asegurarte de elegir el partner adecuado, que trabaje en línea con tus objetivos empresariales para conseguir la máxima eficiencia.

Si tu empresa está creciendo y necesitas soluciones de gestión logística, cuenta con nosotros. Nuestro equipo de consultores puede asesorarte y ofrecerte soluciones específicas para gestión, automatización, optimización de recursos, reducción de costes, etc. Ponte en contacto con nosotros y cuéntanos qué necesitas. 

Tipos de almacén más habituales

5 tipos de almacén más habituales

Aunque todos los almacenes tienen la misma finalidad, que es guardar mercancías para su posterior distribución, no todos son iguales. Hay distintos tipos de almacén según cuál sea su función, su lugar en la cadena de suministro, e incluso su ubicación o su estructura. 

Hay muchas variables que dan como resultado almacenes muy distintos, tanto en su diseño como en su funcionamiento.

¿Quieres saber cuáles son los tipos de almacén más habituales? Sigue leyendo y te los presentamos.

 

Estos son los principales 5 tipos de almacén

Los almacenes modernos distan mucho de la imagen que algunos aún tienen de un espacio oscuro abarrotado de estantes en el que se amontonan las mercancías. 

Lo cierto es que, hoy por hoy, la mayoría de estos recintos son espacios diáfanos y bien organizados, con un intenso movimiento de operadores e inventario y un nivel de automatización que, si bien no ha llegado a todos los almacenes, es el camino a seguir para mantener un alto nivel de competitividad en el mercado.

En esencia, todos los almacenes tienen un mismo fin: albergar mercancías temporalmente, y mantenerlas en condiciones óptimas hasta el momento en que pase al siguiente eslabón de la cadena de suministro. Pero, aún teniendo un mismo objetivo, hay almacenes muy diferentes entre sí. 

La forma más habitual de clasificar los almacenes es según su función en la cadena logística.

Vamos a ver cuáles son los principales tipos de almacén:

 

1. De producción o de materias primas 

Es el lugar donde se almacenan las materias primas o materiales básicos para la fabricación de un producto. En algunos casos, también albergan productos semimanufacturados y otros materiales auxiliares necesarios para mantener abastecidas las líneas de producción.

Suelen ser recintos ubicados estratégicamente cerca de las fábricas, con el fin de que los desplazamientos sean cortos y rápidos. Lógicamente, es fundamental que las comunicaciones entre el almacén y el centro de producción sean lo más fluidas posibles, para que no haya problemas de abastecimiento y la producción nunca llegue a interrumpirse.

 

2. De picking o preparación de pedidos

Es un tipo de almacén dedicado al proceso de seleccionar los productos de un pedido y prepararlos para su expedición, es decir, el picking. 

Suele, además, incluir el packing, o empaquetado de mercancías con el embalaje correcto para que puedan ser transportadas con seguridad (pincha aquí para conocer las diferencias entre picking y packing).

La mayoría de almacenes incorporan un área de picking dentro de sus instalaciones, de mayor o menor tamaño según las necesidades de la empresa. En algunos casos pueden llegar a requerir grandes espacios con numerosas líneas de preparación y sistemas automatizados para dar acceso directo a las mercancías.

 

3. De consolidación

En esta instalación logística se reciben mercancías de diferentes proveedores y se agrupan para que puedan ser expedidas como un único envío, reduciendo costes de transporte.

Es un tipo de almacén muy utilizado, por ejemplo, para consolidar o agrupar productos de ecommerce, un tipo de comercio con un número muy importante de operaciones pero volúmenes reducidos, que necesitan un buen servicio de consolidación para minimizar los gastos de transporte. 

 

4. De tránsito

En el almacén de tránsito se alberga mercancía de manera provisional, normalmente cuando están viajando entre el punto de origen y el punto de destino y se necesita alojar la carga puntualmente durante un tiempo reducido. 

Es un tipo de almacén acondicionado para recibir y expedir mercancías con mucha agilidad. Normalmente son centros que brindan apoyo a una red logística mayor. Por ejemplo, suelen estar ubicados en algún punto estratégico entre los grandes centros de distribución y los almacenes locales, más reducidos y más cercanos al cliente final.

 

5. Centros de Distribución (CD)

Se trata de un tipo específico de almacén preparado para recibir y expedir mercancías, orientado a garantizar el abastecimiento en determinadas zonas geográficas, por ejemplo las grandes ciudades. Por eso también se les llama almacenes de suministro; en inglés, fulfillment centers).

Suelen estar ubicados muy cerca de las vías de comunicación, en polígonos industriales o en grandes centros de conexión intermodal, conocidos como Zonas de Actividades Logísticas (ZAL). En cualquier caso, a poca distancia de los núcleos que deben abastecer.

Los centros de distribución están preparados para optimizar la distribución, por eso son esenciales para la llamada logística de última milla. 

También son un pilar fundamental para gestionar las devoluciones y todo lo relacionado con la logística inversa, que recupera embalajes, envases y residuos para su reciclado o reutilización.

 

Otros tipos de almacenes

Aunque la clasificación más habitual es por su función dentro de la supply chain, hay más tipos de almacén atendiendo a otras variables, por ejemplo:

  • Según el tipo de mercancía que alberguen: hay almacenes para materias primas, para productos semimanufacturados y para productos terminados.
  • Según el tipo de recinto: hay almacenes descubiertos o semidescubiertos, utilizados para mercancías muy voluminosas y que no se deterioran si están a la intemperie, como materiales de construcción, metales industriales, algunos tipos de mercancías a granel, etc. En cuanto a los almacenes interiores, existen distintos tipos de estructura y organización interna. Es interesante, por ejemplo, el almacén autoportante, una solución de ingeniería avanzada en la que las estanterías son, a la vez, los pilares de la construcción.
  • Según el grado de automatización: en este apartado podemos hablar de aquellos almacenes que todavía gestionan sus procesos de forma manual o con programas informáticos muy básicos, frente a aquellos que cuentan con softwares específicos de gestión de almacén y han implementado sistemas mecanizados para la optimizar sus procesos. 

Afortunadamente, cada vez son más los almacenes que están incorporando distintas automatizaciones y confían en los SGA para todos sus procesos de gestión interna. 

 

¿Qué tipo de almacén es el tuyo? 

Sea cual sea, hay un factor común a todos: automatizar tanto la gestión como los procesos, según las necesidades específicas de cada empresa, es la forma de hacer que un almacén sea eficiente. 

Si todavía no has empezado ese proceso, nuestro consejo es que des un primer paso para familiarizarte con el concepto de SGA y empieces a ver todo lo que puede hacer por tu empresa.

Podemos ayudarte con eso, presentándote nuestro SGA-TWO, uno de los más flexibles, intuitivos y eficaces que vas a encontrar en el mercado. ¿Te interesa saber más? Contacta con nosotros y te lo contamos.