Logística verde

Logística verde: reducir el impacto ecológico con procesos sostenibles

Es una preocupación de los consumidores pero también una responsabilidad corporativa. Cada vez más empresas del sector de la logística analizan sus procesos para hacerlos más sostenibles. Y por eso oímos hablar de un nuevo concepto: la logística verde.

Es cierto que esta preocupación por la sostenibilidad no la vemos solo en el sector logístico. Está claro que la tendencia es global, es imparable y ninguna empresa debería obviarla.

Lo demandan no solo los clientes o consumidores, sino también los proveedores y la sociedad en su conjunto, por tanto, es necesario hacer un esfuerzo de adaptación para reducir el impacto de la actividad en el medio ambiente.

¿Por dónde empezamos?

 

En qué consiste la logística verde

La logística verde es aquella que trata de medir y minimizar el impacto de su actividad en el medio ambiente.

La cadena de suministro es la suma de muchísimos procesos, relacionados con el abastecimiento, producción, almacenamiento, transporte, distribución, etc.

La logística verde es aquella que se esfuerza por elegir las opciones menos lesivas para el medio ambiente, buscando hacer el mejor uso posible de los recursos existentes y, a la vez, impactando lo menos posible en el beneficio económico. 

Adaptarse a este nuevo modelo de empresa supone un reto, tanto de concienciación como económico, pero es necesario hacerlo. 

Por un lado, por ser respetuosos con el medio ambiente. Hay que tener en cuenta que la UE tiene objetivos marcados para 2050, año en el que quiere convertirse en el primer continente climáticamente neutro. Para eso, en 2030 debe haber reducido sus emisiones de CO2 en un 40% con respecto a la cifra de 1990.

Pero por otro lado, y atendiendo al aspecto económico, sumarse a la logística verde supone una ventaja competitiva. Cada vez son más los partners que analizan, entre otras variables, el compromiso con la sostenibilidad.

Y los consumidores están atentos al precio, a la calidad, a los tiempos de entrega… y también a la imagen comercial de la marca a la que hacen una compra. Y en ese ranking de variables, el compromiso con la sostenibilidad sube puntos.

La logística verde es una suma de acciones que tienen que ver con todas las áreas de la cadena de suministro:

  • Transporte: reducir las emisiones con vehículos eficientes, utilizar energías limpias siempre que sea posible, optimizar las rutas de reparto y aprovechar al máximo el espacio disponible en cada unidad de transporte, etc.
  • Almacenamiento: el almacén puede llegar a consumir una gran cantidad de energía en sus procesos, de modo que analizar formas de ahorro es un camino hacia la sostenibilidad. Una opción muy demandada es la instalación de placas solares. 
  • Packaging: entre dos formas de empaquetado, se debe elegir la más sostenible; otras acciones son la reutilización de palets y reparación de embalajes dañados para que puedan volver a ser usados.
  • Residuos: la reducción de desperdicios mediante el uso de materiales reutilizables, más la correcta gestión de los residuos que se producen, es otro de los puntales de la logística verde.

 

Cómo garantizar que tu empresa en sostenible 

¿Y cómo se mide la sostenibilidad en el sector logístico? Hay distintas certificaciones a las que pueden optar empresas del sector del transporte y la logística. Las que te comentamos a continuación están enfocadas a la protección medioambiental. 

 

ISO 14001: gestión ambiental

Implantar un Sistema de Gestión Ambiental según la norma UNE-EN ISO ​14001 supone mejorar los aspectos ambientales derivados de todas las actividades que se desarrollan en la empresa. 

En concreto, esta norma ayuda a identificar qué posibles riesgos ambientales pueden derivarse de la actividad para poder gestionarlos adecuadamente.

La certificación identifica a la organización como socialmente responsable, y para ello deberá optimizar la gestión tanto de recursos como de residuos, reducir el impacto ambiental negativo derivado de la actividad, y otras acciones.. 

 

El Reglamento europeo EMAS

Son las siglas en inglés de Eco-Management and Audit Scheme, y está abierto a cualquier tipo de organización, incluidas las del sector de la logística.

Se basa en el sistema de gestión ambiental ISO 14001 pero va aún más allá, estableciendo indicadores de comportamiento ambiental con los que medir la utilización eficiente de los recursos. 

 

ISO 14064: la huella de carbono

Definir la huella de carbono de una organización, un producto, servicio o evento es la manera de determinar y evaluar su impacto en el cambio climático.

Hay varios protocolos actualmente para calcular y aportar veracidad a los informes de emisión de gases de efecto invernadero, lo que habitualmente se conoce como huella de carbono. Una forma de hacerlo es la ISO 14064, o de verificación voluntaria de emisión de gases de efecto invernadero. 

 

Estas y otras certificaciones son pasos hacia una industria logística más sostenible y con menor impacto medioambiental.

De cara a los clientes de la empresa, proveedores y para la comunidad en general, las certificaciones ambientales sirven para aumentar la credibilidad y la confianza, al ser percibidos como empresa socialmente responsable.

Esa imagen comercial de organización respetuosa con el medio ambiente abre puertas de cara a servicios futuros, y debe considerarse, por tanto, como un activo que aporta valor y no solo como un gasto.

 

¿Te gustaría mejorar la sostenibilidad de tu empresa?

Para una empresa, empezar a cambiar procesos para transformarlos en más sostenibles supone todo un cambio en la cultura empresarial y, muy probablemente, en la estructura organizativa. 

No obstante, puede ser una transformación progresiva a la que toda la organización vaya adaptándose poco a poco.

Lo importante es empezar. Si necesitas asesoramiento en algún tema relacionado con la gestión sostenible de tu almacén, ponte en contacto con nosotros. Lo nuestro es aportar soluciones.

Cómo elegir proveedor SGA

Cómo elegir un proveedor de SGA: 4 consejos

Decidir que ha llegado el momento de implantar un SGA (Sistema de Gestión de Almacén) en tu empresa supone una evolución cualitativa muy importante. Es el paso lógico para afrontar retos futuros. Pero, ¿sabes qué tienes que tener en cuenta para elegir un proveedor de SGA?

En este post vamos a darte algunos consejos útiles, muy a tener en cuenta a la hora de elegir el proveedor de SGA que más conviene a tu organización.

 

Toma nota de estos 4 aspectos a tener en cuenta para elegir tu proveedor de SGA

A modo de definición general, un SGA es un software, es decir, un programa informático que contiene instrucciones para que los ordenadores realicen determinadas tareas.

En este caso concreto, el software está enfocado a la gestión de todas las tareas que se llevan a cabo dentro de un almacén, de manera centralizada, con una base de datos única y con información actualizada en tiempo real.

Somos conscientes de que muchos almacenes, sobre todo pequeños y medianos, todavía mantienen sistemas de organización logística en papel.

Nos referimos a la clásica hoja de Excel, en la que un operario puntea las operaciones y hace las anotaciones oportunas. Es fácil comprender que resulta un sistema con enormes limitaciones, un alto índice de errores y nula capacidad de crecimiento. 

Aparte de eso, la digitalización de procesos es algo que está en el horizonte de todas las empresas. Sea cual sea su tamaño, antes o después va a haber un punto a partir del cual necesitas sí o sí un Software de Gestión de Almacén.

Pero si echas un vistazo a la oferta disponible, verás que hay muchos proveedores que ofrecen sus propios SGA. ¿Cómo saber cuál es mejor? ¿Qué hay que tener en cuenta? ¿Qué diferencia a un proveedor de otro?

Vamos a tratar de darte una orientación con estos 4 consejos. ¿Qué le tienes que pedir a tu proveedor de SGA?

 

1. Que se involucre en tu proyecto

Para poder implantar el SGA adecuado, el proveedor debe conocer al detalle cuál es el funcionamiento del almacén. No solo las tareas más habituales o cotidianas, sino también las excepcionales o las que solo se necesitan en circunstancias puntuales. 

Ese conocimiento en profundidad de las características de tu proyecto es fundamental para definir cuáles son las necesidades del almacén. 

Es el primer paso y más importante para empezar a trazar la implementación de un SGA capaz de dar respuesta a todos los procesos.

 

2. Que ofrezca soluciones

Un proveedor experto, una vez que conozca el funcionamiento del almacén, será capaz de proponer soluciones para todos los procesos, incluso para aquellos donde no se haya detectado un problema, pero que son susceptibles de mejorar con una gestión digitalizada.

O, en otro sentido, puede ser capaz de detectar aspectos que puedan suponer una ventaja competitiva si se gestionan de la manera adecuada.

Al no estar inmerso en la rutina del almacén, su visión externa sumada al expertise o conocimiento de la herramienta, podrá proponer soluciones con las que, quizá, a priori no se contaba.

Por ejemplo, aquí tienes claves sobre cómo amortizar un SGA con tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFID).

 

3. Que sea flexible

No hay dos almacenes iguales. Cada uno tiene exigencias distintas y sus procesos son únicos.

Por tanto, el proveedor de SGA debe adecuar las soluciones digitales a cada empresa, y no al revés. 

Además, aunque hacer una previsión de necesidades futuras es importante, hay nuevas necesidades que pueden surgir sobre la marcha y que deben ser cubiertas. Por tanto, el proveedor debe ser flexible para adaptar el SGA a las necesidades de gestión que se vayan creando o modificando.

¿Quiere saber más? Echa un vistazo a estas 5 características de un buen SGA.

 

4. Que acompañe la implementación

Lógicamente, el proveedor va a ocuparse de implantar el SGA hasta que todo funcione. No obstante, puede ir un poco más allá. 

Es necesario entender que, para una empresa, pasar de una logística “manual” a un sistema digital, es más que un cambio organizativo: es una transformación que afecta a la propia cultura empresarial. 

Toda la organización va a experimentar cambios. Con algunos seguramente ya se contaba desde un inicio, con otros quizá no y hay que ir explicándolos sobre la marcha.

La profesionalidad del proveedor se muestra también en su capacidad comunicativa y en su habilidad para involucrar a toda la organización en el gran cambio que supone la implantación de un SGA, así como acompañar en el aprendizaje del nuevo método de trabajo.

Ese trabajo en conjunto, mano a mano, es una garantía de éxito. 

Y por último, muy importante: asegúrate de que tu proveedor te ofrezca un servicio postventa. 

Porque una vez que la implementación básica termina, cuando el trabajo diario empieza a rodar, es muy posible que ocurran imprevistos, que surjan dudas sobre la marcha o que haya que refrescar determinados aspectos técnicos. 

Además tu empresa va a seguir evolucionando, y es posible que haya que hacer ajustes en el SGA según vayan surgiendo nuevas necesidades. 

Si quieres más información, puedes consultar estos 3 aspectos clave al contratar un SGA.

 

Elige a tu proveedor de SGA con todas las garantías

Un proveedor de SGA pasará a ser un partner muy importante para tu empresa, un aliado estratégico con visión de conjunto sobre el negocio y capacidad de adaptarlo a las nuevas exigencias del mercado.

Hoy en día existen muchas ofertas de software de gestión de almacén y proveedores distintos. Nuestro consejo principal es que, más importante que contratar el SGA con más prestaciones, es decantarse por aquel que mejor se adapta a la empresa y cuyo proveedor nos inspira más confianza.

Esperamos haberte ayudado con estos consejos para elegir un proveedor de SGA. No obstante, si tienes cualquier duda, ponte en contacto con nosotros. Coméntanos tu caso y te orientamos para encontrar soluciones.

Just in case

Just in case: logística post Covid

En los últimos tiempos, la supply chain global ha tenido que superar retos complicados. La pandemia mundial ha sido uno de ellos, pero no el único. 

Ante la necesidad de garantizar los suministros en toda circunstancia, por inesperada o difícil que sea, los gestores de las cadenas logísticas revisan sus estrategias. Y empieza a ganar terreno el sistema Just in case.

¿Sabes en qué se basa? Y sobre todo ¿qué puede aportar en tiempos de incertidumbre?

A continuación, te explicamos en qué consiste y el por qué de este cambio de tendencia.

 

Dos filosofías (logísticas) distintas: Just in case vs. Just in time

Posiblemente hayas oído hablar de la logística Just in time, o JIT, el sistema de producción japonés basado en una cadena de producción en la que todo funcione con un 100% de precisión.

Es decir, que cada parte de la cadena de suministro esté “justo a tiempo” en el lugar preciso y con la cantidad de mercancía exacta.

Para refrescar el concepto de forma resumida, te podemos contar que es una estrategia desarrollada por la compañía Toyota, que tenía como objetivo eliminar de la cadena todos los procesos improductivos para alcanzar la eficiencia total.

Con un sistema de trabajo JIT, la cadena de producción jamás se detiene. Pero tampoco produce si no hay demanda, es decir, la cantidad se ajusta a lo estrictamente necesario para evitar la generación de stocks.

Esto se consigue coordinando la producción con la entrada de pedidos: según se necesite, se fabrica.

Si quieres saber más sobre este sistema de producción, en este post te contamos las ventajas (y algún inconveniente) del sistema japonés de producción JIT.

¿Y qué aporta entonces el sistema conocido como Just in case (JIC)?

Se trata de una estrategia basada en disponer de mercancía suficiente para dar respuesta a cualquier incremento en la demanda.

Esto, obviamente, hace crecer las necesidades de almacenamiento, pero a cambio esquiva el riesgo de acumular retrasos en los pedidos, lo que repercutiría directamente en el servicio y la confianza de los clientes.

En el peor de los casos, podría producirse una rotura de stock, con consecuencias muy negativas para la empresa: pérdida de ventas, gastos extra en envíos urgentes, caída de la credibilidad, mala experiencia de usuario… Y, finalmente, pérdida de clientes.

Por todo ello, y por las razones que veremos en el punto siguiente, aunque el enfoque lean del sistema Just in time puede resultar muy atractivo en algunos casos, muchas empresas están empezando a apostar por la estrategia Just in case. 

Prefieren disponer de más inventario aunque suponga aumentar (siempre de forma controlada), los gastos de almacenaje. 

Lee aquí más sobre los retos del sistema lean aplicado a la cadena de suministro.

 

Por qué la logística está virando hacia la estrategia Just in case

La pandemia global tensionó las cadenas de suministro en todo el mundo y puso a prueba su capacidad para mantener el abastecimiento en todos los sectores, especialmente en los de primera necesidad.

En medio de una situación insólita, garantizar que las cadenas de suministro continuasen funcionando con el menor número de incidencias posible fue una prioridad.

Y eso a pesar de los cierres fronterizos, la interrupción del tráfico aéreo, la suspensión de operaciones para priorizar los transportes con material sanitario, el cierre de factorías, etc.

Y aunque la respuesta fue satisfactoria, dada la dimensión de lo sucedido, los gestores de las supply chain han tomado buena nota para ajustar sus estrategias a todas las situaciones posibles. 

Las predecibles… pero también las impredecibles, como una pandemia mundial, un desastre natural, un conflicto laboral de envergadura, etc. 

¿Quién podía esperar que el Canal de Suez permaneciese bloqueado durante 6 días, cuando el Ever Given, un portacontenedores con bandera panameña, encalló y frenó el comercio mundial.

Más recientemente, también la llamada crisis de los microchips puede suponer un cambio de mentalidad. Esta escasez de componentes afecta a distintos sectores, pero uno de los más golpeados es el del automóvil. 

Por eso en los últimos tiempos no solo se habla de la eficiencia de la cadena de suministro, sino de su flexibilidad para soportar impactos y su resiliencia.

Por ejemplo, tradicionalmente el sector del auto no suele acumular suministros. Su gestión de inventario se apoya en la filosofía Just in time, y su aprovisionamiento solo cubre el corto plazo. 

Ante la escasez de microchips, que está obligando a numerosas factorías a detener la producción, es más que posible que se revise la estrategia de gestión de inventario en el futuro.

Por todas estas razones, entre otras, la logística está virando desde la estrategia Just in time, más ágil pero muy dependiente de factores externos, a la logística Just in case. Podría traducirse como logística “por si acaso”, y mantiene un stock razonable para sostener la cadena de suministro a pesar de los imprevistos.

Además, se apuesta por la diversificación de proveedores con el mismo objetivo: tener más opciones y no parar en el caso de que algún eslabón falle.

 

¿Cuál es tu estrategia logística?

Generalizando y siempre según las características de cada empresa, se podría decir que la tendencia será buscar un equilibrio estratégico entre los costes más bajos del sistema JIT, y la capacidad para soportar los cambios del mercado y responder ágilmente del sistema JIC.

¿Y tú, crees que es importante la resiliencia de la cadena de suministro? ¿Cuál crees que es la mejor estrategia para gestionarla?

Si estás revisando la estrategia de tu empresa y quieres consultarnos algún tema, ¡adelante! Ponte en contacto con nosotros y aportaremos soluciones.

Importancia inventario gestión de almacén

La importancia del inventario en la gestión de almacén

Para tener el control total de un almacén es necesario cada cierto tiempo hacer un inventario y actualizar los datos sobre existencias y sus ubicaciones.

Porque, aunque tu sistema de verificación esté optimizado, no basta con eso. Es necesario detenerse para hacer un inventario físico de la mercancía para contrastarlo con los registros de la empresa: qué productos hay en el almacén, en qué cantidad y cuáles son sus características.

Es un proceso que se debe realizar por muchas razones, veamos cuáles.

 

Razones por las que es importante hacer inventario

Lo primero que hay que tener en cuenta es que toda empresa tiene la obligación legal de hacer un inventario de sus existencias, para cuadrar el inventario físico y el inventario contable.

Por ese motivo, es habitual que la fecha para hacer el inventario se programe coincidiendo con el final de ejercicio.

Es decir, a 31 de diciembre todas las empresas necesitan conocer con exactitud cuánta mercancía tienen en el almacén. Con esa información pueden regularizar las existencias, cerrar el balance y hacer la cuenta de resultados. 

La obligatoriedad legal es, sin duda, el argumento definitivo para hacer inventario, pero para una empresa no debe ser la razón principal.

Somos conscientes de que, en muchos casos es un proceso molesto, ya que requiere movilizar personal y detener la actividad en muchos casos. Pero es importante comprender que el inventario es necesario para estimar correctamente el valor de la empresa.

Además, el inventario sirve para examinar la calidad del control del stock durante todo el año.

¿A qué nos referimos? 

A que si el resultado obtenido en el inventario físico se desvía poco (¡o incluso nada!) de los datos que hemos recogido con los métodos de control habituales, podremos concluir que nuestro sistema de control funciona.

También puede ser que se produzcan diferencias relevantes. En esos casos es importante analizar lo que ha ocurrido. 

Puede haber motivos de muy distinta naturaleza: robos en el almacén, errores cometidos por los trabajadores, fallos administrativos, operaciones pendientes de registro, cambios de referencias…

Un inventario sirve para detectar problemas de muy distinta índole y poner las soluciones.

¿Te gustaría saber más sobre sistemas de gestión de almacén? Lee aquí cuáles son las diferencias entre SAP WM y SAP EWM. 

 

Tipos de inventarios según la periodicidad

Es la clasificación más habitual, aunque existen otras en función de la necesidad logística, el momento en el que realice el inventario, la naturaleza de la mercancía (materias primas o productos terminados), etc. 

En este caso, teniendo en cuenta la periodicidad, hablamos de: 

 

Inventario permanente

Consiste en llevar el control día a día, de manera muy precisa y exhaustiva, controlando cada entrada o salida de mercancía.

Puede realizarse con registros en listados si el almacén es pequeño o incluso mediano, pero muchísimo más fiable es la implantación de un SGA para gestionar el stock del almacén. Este software proporciona información actualizada y en tiempo real de las mercancías almacenadas.

 

Inventario periódico

Consiste en realizar el inventario físico, al menos una vez al año. En muchos casos, se programa cuando se cumple el final del ejercicio y recibe el nombre de inventario final. Mientras dura el inventario se detiene la actividad del almacén para poder realizar un recuento exacto de las existencias.

Pero también pueden realizarse inventarios con menor periodicidad, según las necesidades del almacén.

Incluso pueden realizarse inventarios rotativos en varias ocasiones a lo largo de un mismo ejercicio. Suelen programarse al terminar una campaña importante (por ejemplo, después de Navidad) o después de un pico de demanda imprevisto.

Este tipo de inventario suele ser más frecuente en almacenes con una gran rotación y un bajo nivel de digitalización. 

En esos casos, la mercancía permanece poco tiempo en el almacén y el inventario permanente puede resultar complicado en exceso. Un ejemplo podría ser la industria agroalimentaria tradicional. 

No obstante, conviene señalar que existen soluciones digitales a medida para optimizar cualquier tipo de proceso y en cualquier tipo de almacén. Mantener el control permanente del inventario es posible utilizando las tecnologías adecuadas y adaptándolas a cada caso. 

 

Cómo un SGA puede ayudarte con el inventario de tu almacén

Es verdad que todavía muchos almacenes pequeños y medianos confían el control de su stock al papel y a los procedimientos manuales, es decir, el operario llevando la cuenta en una hoja de papel que luego se ha de pasar a una hoja de Excel.

Puede funcionar, aunque con un alto riesgo de error, en almacenes reducidos, pero su eficacia es limitadísima.

En cuanto aumenta un poco el número de referencias y de operaciones, es necesario tener un Sistema de Gestión de Almacén que permita mantener un control máximo con un sistema de inventario permanente.

Además, puede integrar sistemas de identificación de la mercancía para facilitar enormemente el proceso. Nos referimos al clásico código de barras o, más avanzado, un sistema de identificación por radiofrecuencia.

Para saber más, lee este post sobre etiquetas logísticas para almacén: código de barras vs. RFID. 

 

¿Cuál es la mejor manera de hacer inventarios en tu almacén?

Para conocer el stock exacto de tu empresa y tener la información real para tomar decisiones comerciales, el inventario es una tarea importante.

Ahora bien ¿cuál es la mejor manera? ¿Te conviene implementar un SGA para realizar un control permanente del stock? ¿Cómo encajaría en tu empresa?

No te quedes con esa duda (ni con ninguna otra). Ponte en contacto con nosotros y te daremos soluciones a medida. 

Tipos de almacén Kit Digital

¿Cuántos tipos de almacén conoces? Estos son los principales y sus características

Cuando nombramos la logística de almacén puede parecer que solo nos referimos a un tipo de almacén. Y no es así. 

En realidad existen muchas clases de almacenes y se clasifican según su función logística, su ubicación, sus características técnicas o incluso su régimen fiscal. ¿Cuántos tipos de almacén conoces tú?

Cada tipo de almacén cumple una función diferente y tiene necesidades logísticas propias, por lo que es importante diferenciarlos.

Con este post esperamos ampliar tu conocimiento hablándote de cuáles son los tipos de almacén más habituales y sus principales características. 

 

Principales tipos de almacén: según actividad, tipo de recinto, producto y automatización

Hay más divisiones posibles, pero te vamos a presentar las que, a nuestro criterio, son más habituales para clasificar distintos tipos de almacén.

 

1. Según su ubicación y la actividad que realicen

Según dónde estén situados y su función logística, podemos dividir los almacenes en distintas categorías:

 

Almacén de aprovisionamiento

Es aquel en el que se almacenan las materias primas o cualquier tipo de elemento necesario para abastecer el proceso de producción de un determinado producto. 

Un almacén de aprovisionamiento debe garantizar que siempre haya lo necesario para mantener la producción de una factoría sin que se interrumpa en ningún momento por la falta de algún suministro. Por ese motivo, suelen estar situados muy cerca de la fábrica a la que dan servicio.

 

Almacén central

Suele estar ubicado en un lugar cercano al centro de fabricación, para que desde allí puedan ser derivadas fácilmente las mercancías.

 

Almacén de distribución

También llamados regionales, este tipo de almacenes suelen estar ubicados en un lugar cercano al punto de consumo o cliente final, y dan cobertura a una zona geográfica específica, de manera que dentro de ella se pueda garantizar el abastecimiento y proceder a una distribución rápida de los productos. 

 

Almacén de tránsito

En algunos casos, por razones logísticas es preferible utilizar un almacén de tránsito, ubicado entre el almacén central y el regional, sobre todo cuando entre ambos hay una larga distancia y se necesita un punto de almacenaje provisional.

Los almacenes de tránsito suelen tener un flujo constante de mercancías y no se acumulan stocks por mucho tiempo. 

Sirven de punto intermedio en el camino hacia el siguiente punto de la cadena de suministro o para facilitar el agrupamiento de mercancías que van a ser enviadas a un mismo destino. Son muy utilizados para la logística de comercio electrónico.

 

Almacén temporal

Como su nombre indica, son los que se utilizan para almacenar mercancía temporalmente en casos de picos de demanda. En ellos se almacena el stock de productos de consumo estacional o de temporada, cuya demanda sube solo en momentos puntuales. 

¿Necesitas saber cómo gestionar mejor tu almacén? Lee aquí qué aporta SAP WM frente a SAP EWM.

 

2. Según el tipo de recinto: almacenes de interior y de exterior

En este caso nos fijamos en si el almacén está o no techado y el tipo de cerramiento que tiene la instalación. 

Veremos que hay almacenes cubiertos o de interior, en los que la mercancía permanece bajo techo protegida de las inclemencias meteorológicas. 

En los almacenes de exterior, la mercancía se almacena al aire libre, simplemente dentro de un recinto convenientemente señalizado.

 

3. Según el tipo de producto

Es otra de las clasificaciones posibles. En función del producto existen los siguientes tipos:

 

Almacén de materias primas

Suelen estar muy cerca de los centros de producción, y es habitual que sean además almacenes de aprovisionamiento para mantener activas las líneas de producción de la industria a la que dan servicio.

 

Almacén de productos terminados

Son aquellos en los que se acumula el stock de la empresa. Es posiblemente el tipo de almacén más habitual.

 

Almacén de repuestos y/o accesorios

Son importantes para un buen servicio posventa, ya que en ellos se almacenan las piezas para reparaciones o averías, o para sustitución de elementos dañados o accesorios de los productos principales.

¿Sabes cómo se diseña un almacén? Pincha aquí para saber cuáles son las 7 claves para crear un buen layout + ejemplos. 

 

4. Según el grado de automatización

Existen almacenes convencionales o con un bajo nivel de automatización, y otros que podemos llamar almacenes inteligentes, con un alto nivel de automatización.

En el primer caso, lo habitual es utilizar estanterías metálicas, con más o menos altura en función del tipo de carretillas elevadoras que se utilicen: estas pueden ser contrapesadas o de mástil retráctil, que necesitan menos espacio para operar y alcanzan más alturas. 

En cualquier caso, el rango de optimización es limitado.

Otros almacenes, con  mayor grado de automatización han implementado sistemas de almacenaje inteligente.

Por ejemplo, hay almacenes automáticos dotados de transelevadores para palets o miniloads, dispositivos que recorren los pasillos recogiendo y colocando mercancías en los estantes. Son sistemas que aumentan la productividad y el aprovechamiento del espacio de almacén es máximo.

Lee más sobre las ventajas de automatizar el almacén: cómo ganar eficacia en todos los procesos. 

 

La importancia de elegir el sistema de almacenaje más adecuado para cada caso

Existen más tipos de almacenes, en función del tipo de mercancías que alberguen, de las condiciones fiscales que (las zonas francas, por ejemplo, con determinadas exenciones de impuestos, también son un tipo de almacén), si están especializados en dividir o consolidar las cargas, etc.

En cualquier caso, lo más importante siempre es elegir el layout o diseño y distribución del almacén para obtener el mayor rendimiento posible. 

Si tienes un almacén y te gustaría estudiar qué opciones de mejora tiene, ponte en contacto con nuestro equipo y coméntanos tu caso. Hay soluciones a medida para todo tipo de instalaciones.  

KPI Cadena de Suministro

KPI en logística: cómo medir la cadena de suministro

Tan importante como trazar objetivos empresariales es hacer el seguimiento correcto de los resultados. Porque ¿cómo saber si nos acercamos o nos alejamos de nuestras estimaciones? La única forma de hacerlo es utilizando métricas. Y para eso tenemos los KPI.

Enseguida te explicamos qué son esas siglas, pero lo fundamental es esto: para conocer la situación real de tu empresa (o, hablando del sector logístico, de la cadena de suministro o alguna parte de ella) lo que necesitas son números.

Y para “escuchar” lo que dicen los números es necesario realizar mediciones.

Te explicamos por qué esto es importante y cuáles son las métricas más importantes para tu actividad. 

 

Por qué las métricas son importantes

Tiempo, volumen de operaciones, calidad del servicio… ¿Cómo saber si el rendimiento de tu empresa es hoy mejor que ayer o que el mes pasado?

Para poder optimizar los procesos logísticos, aumentar la productividad y ubicarse en el mercado, es necesario que las empresas conozcan de manera muy precisa cómo está funcionando la cadena de suministro. 

Y para hacerlo solo hay una forma: monitorizar las acciones, tanto las que se realizan internamente como las que implican a proveedores o clientes.

Los indicadores de rendimiento aportan información valiosa sobre lo que está sucediendo en el presente y son la base para tomar las decisiones más adecuadas de cara al futuro.

Analizar las métricas de la cadena de suministro te permite: 

  • Localizar puntos de bajo rendimiento y mejorarlos.
  • Controlar los costes, analizar formas de ahorro y señalar fugas de presupuesto.
  • Detectar problemas en cualquier punto de la cadena.
  • Tomar mejores decisiones empresariales.
  • Analizar en qué fase es necesario realizar inversiones.
  • Hacer seguimiento de proveedores y clientes, y conocer el grado de satisfacción. 
  • Corregir parámetros en cuanto se desvían de las estimaciones. 
  • Registrar datos para tener un histórico de la evolución de la empresa.

Realizar evaluaciones periódicas de la cadena de suministro es fundamental para alcanzar objetivos de forma continua y mantener el nivel de competitividad en un mercado muy exigente.

 

“Lo que no se mide, no se puede mejorar”: qué son los KPI

Los KPI, siglas de Key Performance Indicators, son medidores del rendimiento de las distintas áreas de un negocio. Se podría traducir también como “indicadores de gestión”, “claves de rendimiento” o “medidor de desempeño”. 

Lo importante es que se utilizan para conocer los resultados de las estrategias de negocio que ponemos en marcha y saber con rigurosidad si alcanzamos o no los objetivos, y a qué distancia estamos de lograrlos.

Es decir, ¿nuestra estrategia está funcionando? ¿Vamos por buen camino? 

O, por el contrario: ¿nos estamos desviando y es necesario hacer correcciones?

Los KPI deben ser medibles y cuantificables: tienen que concretarse en cifras, valores o porcentajes.

También hemos de asignarles un marco temporal. ¿Cada cuánto tiempo queremos tener datos? Podremos configurarlos para que midan cada hora, cada día, cada semana, etc.

Existen muchos tipos de KPI, tantos como parámetros que podemos monitorizar, pero no es recomendable seguirlos todos. 

Tener datos excesivos puede restar atención a los que son más relevantes y por eso lo mejor es elegir aquellos KPI que nos van a aportar información de valor según nuestro modelo de negocio.

 

¿Cómo saber qué KPI son interesantes para tu empresa?

Esa parte requiere un estudio en profundidad y, probablemente, asesoramiento profesional, pero te podemos adelantar que una buena referencia para saberlo es esta: los objetivos de la empresa. 

Por tanto, hazte estas dos preguntas:

  1. ¿Cuáles son los objetivos?
  2. ¿Qué datos necesitas conocer para hacer un correcto seguimiento de esos objetivos?

Solo con eso, ya puedes hacerte una idea de cuáles son los KPI importantes. 

Por ejemplo, si un objetivo es reducir el tiempo de permanencia de una mercancía en almacén, de nada te sirve introducir un KPI que mida el rendimiento de tu página web, por mucho que resulte un dato interesante.

En concreto, en el sector logístico, los KPI más utilizados tienen que ver con las principales actividades, tales como abastecimiento, producción, transporte, gestión de almacén, distribución, etc.

 

¿Cuáles son los principales KPI para medir la cadena de suministro?

La cadena de suministro es muy amplia y consta de distintas fases, por lo que hay muchos indicadores que podrían ser relevantes según cada caso. Los que te vamos a comentar son solo algunos ejemplos de tipos de KPI:

De aprovisionamiento: miden los tiempos de entrega, los costes de cada compra, el historial de cada proveedor, etc.

De transporte: miden el coste del transporte, tiempo de las rutas, rendimiento de la flota, etc.

De gestión de almacén: miden los costes del almacén, el espacio, la productividad, la velocidad de procesamiento de pedidos, etc.

De stocks: miden la rotación de inventarios, roturas de stock, etc. 

De marketing y ventas: miden las visitas comerciales, presupuestos enviados, ventas cruzadas, rendimiento de campañas publicitarias, etc.

De servicio al cliente: miden los plazos de entrega, número de devoluciones, incidencias, tiempo de resolución de solicitudes, etc.

Para poder tener el control de todos estos indicadores y hacer el seguimiento correcto, deben estar integrados en el Sistema de Gestión de Almacén (SGA) de la empresa.

 

Mide el rendimiento de tu empresa con los KPI correctos

No hay dos empresas iguales. Aun perteneciendo al mismo sector, cada una tiene su funcionamiento interno, distintos medios y también distintos objetivos. 

Por tanto, en cada caso se deben determinar cuáles son los KPI relevantes para cada modelo de negocio.

Si necesitas asesoramiento en este punto, ponte en contacto con nosotros. Nuestro equipo profesional estará encantado de orientarte. 

Cross docking

Cross docking: multiplica la velocidad de la cadena de suministro de tu almacén

Cuanto más tiempo pasa la mercancía en tu almacén, más dinero te cuesta. Por eso, el cross docking es una solución tan interesante, porque con este sistema las mercancías se reciben y se expiden plazos reducidos para disminuir costes y recursos.

Te contamos en qué consiste y qué hay que tener en cuenta para ponerlo en marcha en tu almacén.

 

Razones por las que el cross docking te interesa

Uno de los grandes males de cualquier tipo de almacén es tener mercancía parada. Durante el tiempo que pasa en tus estanterías, está ocupando un valioso espacio de almacenaje y, no solo no aporta valor, sino que lo pierde cada día que pasa.

De ahí el interés de las empresas en reducir al máximo los tiempos de almacenamiento.

Pero todavía se puede ir más allá: implantar un sistema de cross docking.

Eso supone eliminar (casi) totalmente el tiempo de almacenamiento de un producto, es decir, el tiempo desde que se descarga del transporte de llegada hasta que embarca en el de salida, es el mínimo posible.

¿Suena bien?

La otra opción es descargar la mercancía, registrarla y almacenarla. Así, hasta que se ponga en marcha el siguiente paso y haya que retirarla de las estanterías para volver a ponerla en marcha. 

Con un sistema de cross docking, la cadena no para en ningún momento.

Precisamente porque la velocidad es una de sus principales ventajas, es un sistema muy utilizado en la logística de productos perecederos. 

 

Más ventajas de implantar un sistema de cross docking 

Además de las ventajas que ya hemos comentado (la velocidad y el ahorro de costes), es importante nombrar otras, también muy importantes.

  • Mejora el control de los tiempos, ya que es más fácil calcular cuánto tarda una mercancía en ser expedida de nuevo. Por tanto, se pueden cumplir escrupulosamente los plazos. Esto permite ofrecer un mejor servicio al cliente y constituye una ventaja competitiva importante. 
  • Se reducen los procesos de picking, o incluso se eliminan por completo, según los casos. Esto es gracias a que se evita el paso intermedio de almacenaje de la mercancía. Esto también supone un importante ahorro de costes.
  • Se reduce al mínimo la posibilidad de deterioro, accidente o robo, riesgos a los que la mercancía puede estar expuesta en el almacén.
  • Se favorece la eliminación de los stocks, puesto que la mercancía no se acumula. 

Por ese motivo, muchos operadores logísticos han implementado ya este sistema o se lo plantean como parte de su estrategia para ganar productividad.

 

Así es un proceso de cross docking

Para poder aplicar un proceso de cross docking con éxito se requiere una planificación muy eficiente y un control total de los tiempos.

De manera esquemática y para que resulte más sencillo comprenderlo, el proceso podría resumirse en 3 pasos:

  • Recepción: llega el transporte con la mercancía al correspondiente muelle, conectado con la terminal de cross docking.
  • Preparación: se procede a la identificación de los productos, se clasifican, se ordenan y se distribuyen según sus destinos de salida. 
  • Expedición: los productos se cargan en el transporte de salida y se envían al cliente final.

Pueden distinguirse dos tipos de cross docking, en función de si la mercancía necesita ser manipulada o no para su expedición. Hablamos, por tanto, de 

  1. Cross docking predistribuido: la mercancía llega organizada por el proveedor y pasa directamente a los puntos de entrega, sin que sea necesaria otra preparación.
  2. Cross docking consolidado: la mercancía no viene preparada y necesita pasar por una estación intermedia donde se prepara para el envío al cliente final. 

Como se puede ver, en ningún momento la mercancía se almacena. Solo en algunos casos, y de manera transitoria, puede pasar a una zona de espera. En cualquier caso, si el proceso está optimizado, no deberían pasar más de 24 horas entre la recepción y la expedición. 

 

Cómo implantar un cross docking

Como cada vez que se va a hacer una inversión importante, lo principal es contar con un equipo profesional que realice la valoración y diseñe el cross docking adecuado para cada caso.

Es importante tener en cuenta que implantar un cross docking supone un cambio organizativo importante, que requerirá el compromiso de todos los operadores de la cadena para que funcione correctamente. 

Además, es necesario contar con las herramientas digitales adecuadas e integrarlas en el SGA. De ese modo se puede controlar el tránsito de cada producto en las fases de recepción, preparación y expedición. 

Con todo lo expuesto, esperamos haber aclarado más sobre el cross docking y por qué puede ser una solución para tu almacén. 

¿Necesitas asesoramiento? Cada almacén es diferente, por eso lo mejor es que te pongas en contacto con nosotros y veamos cuáles son las soluciones a medida para el tuyo. 

Logística productos perecederos

Desafío logístico: gestión de productos perecederos

Uno de los retos más interesantes relacionados con la logística de almacén es la gestión de productos perecederos.

Dada la naturaleza de ese tipo de mercancías, habitualmente relacionadas con el sector alimentario, es fundamental garantizar la trazabilidad y las condiciones durante todo el recorrido por la cadena de suministro, para que llegue al consumidor final en condiciones óptimas. 

Hoy queremos que conozcas más de cerca el desafío logístico que supone la gestión de productos perecederos y cuáles son sus claves.

 

¿Qué son los productos perecederos y semiperecederos?

Los productos perecederos son aquellos que tienen una duración limitada en el tiempo, generalmente corta.

Para conservarse en buenas condiciones necesitan unas condiciones específicas de temperatura, humedad, presión y luz (en función del tipo de producto) a lo largo de todo su viaje por la cadena de suministro. 

Si no se dan esas condiciones, los productos perecederos aceleran el proceso de descomposición natural, activado por la acción de microorganismos vivos (como hongos y bacterias) y enzimas. 

Estos cambios producen variaciones en el color, el olor y la textura de los productos. Pero además de alteraciones organolépticas, el riesgo mayor es que no sean aptos para el consumo humano. En último término pueden producir intoxicaciones. 

Son productos perecederos:

  • Carnes rojas y blancas.
  • Embutidos.
  • Pescados y mariscos.
  • Lácteos y huevos.
  • Frutas y verduras, etc.

Ya sean productos frescos, refrigerados o congelados, es fundamental que los procesos logísticos garanticen que llegan al final de la cadena de suministro en óptimas condiciones. Eso incluye la producción, almacenamiento, transporte, distribución y comercialización.

Pero, además, hay que tener en cuenta los semiperecederos. Son productos en cuya composición hay un menor porcentaje de agua y, por ello, tienen un proceso de descomposición más lento y una durabilidad mayor: 

  • Frutos secos.
  • Granos y cereales.
  • Legumbres.
  • Procesados con un bajo porcentaje de agua, como galletas o pastas.

Por último, aunque cuando hablamos de este tipo de productos lo más habitual es pensar en el sector de la alimentación, también son perecederas las flores y algunos productos farmacéuticos y químicos.

 

Cómo mejorar la gestión de productos perecederos: casos de éxito

Almacenar y distribuir productos perecederos es uno de los retos logísticos más importantes para una empresa, ya que implica ser capaces de garantizar la trazabilidad y cumplir de manera exhaustiva todas las normativas de seguridad impuestas por las autoridades nacionales y comunitarias.

Hoy en día existen herramientas tecnológicas para poder hacerlo con todas las garantías, pero para ello es necesario pasar de los tradicionales sistemas manuales de control, basados en papel y hojas de Excel, que todavía se utilizan en muchos almacenes, a sistemas automatizados que permitan un control total de todos los procesos. 

Las soluciones deben ser personalizadas, adaptadas a cada empresa, pero en la mayoría de los casos la optimización de los procesos pasa por implantar un Software de Gestión de Almacén que permita centralizar las operaciones (lee aquí para saber cuándo necesitas un Software de Gestión de Almacén).

A partir de ahí, y para amortizar el SGA, se pueden implantar otros sistemas que mejoran la eficiencia.  Por ejemplo, el picking por voz mejora la operativa en aquellos casos en los que es imprescindible ganar velocidad.

Otra posibilidad son las tecnologías de identificación por radiofrecuencia (RFID), que permiten transmitir información de manera muy rápida y precisa, algo fundamental en el manejo de mercancías perecederas. 

En SCM hemos llevado a cabo numerosas intervenciones en empresas cuya operativa incluía la gestión de perecederos. Estos son dos ejemplos en los que se optimizaron los procesos implantando herramientas digitales.

 

Covalco

Una empresa con más de siete décadas de trayectoria que en la actualidad cuenta con ocho plataformas logísticas repartidas por el territorio nacional, dedicadas a la distribución de alimentos. 

En este caso se necesitaba implementar herramientas tecnológicas con flexibilidad suficiente para cubrir necesidades presentes y futuras. 

La intervención pasó por implantar un SGA para pasar de los anteriores sistemas de preparación manual de pedidos a la gestión automatizada, con picking por voz y reposiciones online. De ese modo se tiene el control total de los inventarios, la preparación de pedidos y la trazabilidad. Para saber más, pincha aquí.

Covalco logística productos perecederos

 

Expafruit

Se trata de una empresa dedicada a la transformación de frutas y desarrollo de productos para el sector lácteo, heladería, pastelería, etc. La limitación que implican las fechas de caducidad exigía una optimización de la logística de sus dos líneas de productos: una enfocada a consumo directo y otra a clientes industriales.

Tras contactar con SCM, planteamos una solución global para ambas líneas. Se abandonó la logística basada en papel y se implantó TWO, un software de gestión de almacenes  muy intuitivo y fácil de utilizar por cualquier operario. 

Con una gestión a base de tecnología de radiofrecuencia se optimizó la gestión del stock. Y todo ello se integró en el SGA. Pincha aquí para conocer más

Proyecto Expafruit logística productos perecederos

 

¿Necesitas optimizar la gestión de productos perecederos en tu almacén?

Con las soluciones tecnológicas disponibles, es posible lograr un control total de todos los procesos. Para ello es necesario realizar una valoración previa para conocer las necesidades y diseñar la estrategia adecuada para cada caso.

¿Necesitas más información? Ponte en contacto con nosotros y estudiamos las soluciones. 

Automatizar un almacén

Como automatizar un almacén: ventajas

¿Te estás preguntando cómo puedes sacarle aún más rendimiento a tu almacén? Si tu organización ha tocado techo, la solución está en automatizar o mecanizar procesos para hacerlos más eficientes.

Más velocidad, más precisión, menos errores. La automatización amplía la capacidad operativa de tu almacén y hará que dé un salto en la calidad del servicio reduciendo los costes.

¿Te interesa saber más? 

Veamos de cerca cuáles son las ventajas de automatizar un almacén.

 

Aumenta la eficacia con la automatización de tu almacén

Lo estamos viendo. Cada día que pasa aumenta la exigencia del mercado y, tanto almacenes como plataformas logísticas, deben prepararse para ofrecer respuestas rápidas y eficaces en la gestión de la mercancía. 

La competitividad no es una opción, sino una necesidad para mantenerse en el mercado. 

Un almacén automático utiliza maquinaria robotizada para todos o gran parte de sus procesos: recepción de la mercancía, transporte y almacenaje, preparación y expedición de pedidos.

Todo ello está controlado por un software integrado en el SGA o Software de Gestión de Almacén, que permite monitorizar todas las fases de forma centralizada.

 

Toma nota de las ventajas de automatizar

Hay muchos motivos para decidirse a estudiar la posibilidad de crear un almacén automático.

En la mayoría de casos, el crecimiento de la empresa y el aumento de pedidos hace que la gestión sea cada vez más compleja. Para poder continuar (con garantías de ofrecer un servicio de calidad) es necesario dar un salto hacia la automatización.

No obstante, la “automatización” en genérico es un concepto muy amplio que abarca diferentes grados. Pueden implantarse automatizaciones progresivamente, mejorando procesos en función de las necesidades.

Estos son los principales beneficios de automatizar un almacén:

  • Más velocidad a la hora de procesar pedidos.
  • Posibilidad de gestionar operaciones más complejas.
  • Optimización del espacio.
  • Más seguridad para los trabajadores.
  • Aumento de la productividad, al eliminar tareas rutinarias de poco valor añadido.
  • Reducción de costes.
  • Reducción de errores y mayor calidad del servicio.
  • Capacidad de asumir más trabajo en picos de actividad, como las ventas estacionales.

Por tanto, ¿merece la pena invertir en la automatización del almacén?

El coste de un proyecto de automatización es variable (lógicamente) en función del nivel de automatización que se implante. Y este debe estar ajustado a las necesidades específicas de cada almacén, dejando contempladas futuras ampliaciones, si se diera el caso.

Siendo conscientes de que es una inversión importante, lo fundamental es contactar con un equipo profesional que valore las necesidades y proponga un proyecto a medida que pueda facilitar el retorno de la inversión en el menor plazo posible. 

 

Qué operaciones se pueden automatizar en un almacén

En un almacén se desarrollan distintos tipos de actividades, y todas ellas son susceptibles de mejorar con automatizaciones. Veamos algunas posibilidades:

 

Recepción de la mercancía 

Quizás sea la fase en la que las automatizaciones son más básicas, pero aún así se puede optimizar. 

Las cintas o fajas transportadoras, también llamadas conveyors, agilizan el transporte de la mercancía para introducirla en el almacén.

En otros casos, pueden diseñarse muelles de carga especiales, plataformas con capacidad de cargar y descargar palets de forma automatizada.

 

Almacenamiento

Optimizar el espacio del almacén es una prioridad cuando se trata de ahorrar costes. 

Si estamos automatizando las instalaciones y contamos con un SGA para mantener el control, implantar un sistema de organización caótico es una opción: nos permitirá aprovechar todo el espacio de forma cien por cien efectiva. 

Con este sistema, se asignan las ubicaciones de manera flexible, según las necesidades puntuales, sin que haya un lugar predeterminado para cada tipo de mercancía. 

Por otra parte, se pueden implantar sistemas para colocar y extraer mercancías de las estanterías. Uno de ellos es el llamado miniload, que integra las estanterías, el transelevador para elevar las cargas hasta la altura requerida y transportadores de rodillos para desplazamientos horizontales. 

 

Transporte

Dentro del almacén, el desplazamiento de la carga es una de las tareas que más recursos consumen. 

Puede optimizarse instalando transportadores automáticos para palets o para cajas, que comuniquen distintas áreas del almacén.

Otra posibilidad son las lanzaderas: ofrecen más velocidad y son muy utilizadas para llevar la mercancía a las distintas estaciones.

 

Preparación de mercancías 

Hay diferentes tipos de picking, o lo que es lo mismo, el conjunto de procesos necesarios para la preparación de un pedido.

El sistema más básico es el control manual basado en papel, que obviamente es un sistema a desterrar en un almacén automatizado. Otras opciones con distinto grado de automatización, son:

  • Los terminales de radiofrecuencia.
  • Pick to light y put to light, basado en indicadores luminosos.
  • El picking por voz, uno de los sistemas más extendidos que, al ser “manos libres” agiliza los procesos.
  • Realidad aumentada, el más avanzado.

Te invitamos a conocer más sobre cada uno de estos sistemas y cómo elegir el tipo de picking según el tamaño de tu negocio. 

 

Control y gestión

Para hacer un seguimiento de todas las tareas que se desarrollan en el almacén, es imprescindible tener un módulo de gestión de almacén integrado en el SAP.

El SAP es el software que centraliza todas las áreas de actividad de tu empresa, para controlarlas desde una única base de datos. 

Una de sus ventajas es que es un sistema modular, es decir, se puede hacer “crecer” añadiendo distintas funcionalidades según se vayan necesitando (puedes leer más sobre qué es SAP y qué puede hacer por tu empresa).

La forma de gestionar tu almacén automatizado pasa por implantar un módulo SAP para la gestión de almacén: SAP WM (Warehouse Management) o EWM (Extended Warehouse Management).

Tienen distintas funcionalidades pero ambos centralizan toda la información relativa a la gestión de almacén para poder disponer de información en tiempo real: gestión de stock, control del picking, ubicaciones, etc.

Lee aquí para tener más información sobre qué aporta SAP WM frente a SAP EWM a la hora de gestionar tu almacén.

 

¿Pensando en automatizar tu almacén? Empieza por aquí

El primer paso para una operación de ese calibre es contar con el asesoramiento de un equipo profesional con experiencia. 

Y en eso podemos ayudarte. Ponte en contacto con nosotros y te propondremos soluciones.

Logística en la nuve

¿Qué es la logística en la nube? Pros y contras

El cloud computing ha llegado para quedarse. En todos los sectores, incluido el logístico, las soluciones en la nube son una opción cada vez más ofrecida por proveedores de software y demandada por clientes. Pero ¿tienes claro en qué consiste la logística en la nube?

Te explicamos qué es y cuáles son sus principales ventajas.

 

Logística en la nube: qué es y por qué no dejamos de oír hablar de ella

A medida que avanza la logística 4.0, aumenta la oferta de productos “en la nube” por parte de los proveedores de software.

¿Qué quiere decir esto? ¿A qué se refieren? ¿En qué se diferencia de otro tipo de software? ¿Cómo saber qué te conviene más?

A la hora de decidirse por una herramienta digital u otra, aún existen dudas sobre la computación en la nube y sus implicaciones, no solo en el sector logístico.

Básicamente, la cuestión es esta: dónde se alojan los datos de nuestro sistema, si en nuestras propias instalaciones o en un lugar virtual, esto es, la nube.

Por eso, cuando necesitamos algún producto de software para nuestra empresa, es habitual que nos propongan dos opciones: almacenamiento en la nube (cloud) y almacenamiento local (on premise).

En el primer caso (cloud) los datos se alojan en un servidor externo propiedad del proveedor. Por tanto, no necesitas un espacio físico en tu empresa para ubicar tus propios servidores, sino que accedes desde cualquier lugar a ese servidor que te proporciona el servicio.

A diferencia de lo anterior, la opción on premise implica que los datos se almacenan en un servidor de tu propiedad, físicamente ubicado en tu empresa. 

Obviamente esto tiene más implicaciones que ahora veremos un poco más de cerca.

¿Y por qué cada vez nos ofrecen más productos en la nube? Porque el cloud computing lleva años expandiéndose y ofreciendo múltiples ventajas. 

Si bien tiene aspectos que mejorar, lo cierto es que supone una opción más económica, igualmente funcional y con más facilidades de implementación, por tanto la mayoría de proveedores ya incluyen la versión cloud junto a la on premise.

 

5 puntos a favor de las soluciones logísticas en la nube

Dentro de la cadena de suministro hay muchos procesos que deben ser digitalizados mediante la implementación de un software específico. 

Las soluciones en la nube, ofrecidas como un servicio de pago periódico, han ganado mucho terreno en los últimos años, aunque no han desplazado (o no todavía) a las soluciones on premise

Estas son las principales razones a favor de la logística en la nube:

 

1. Es más económica

Se trata de herramientas a las que se accede como un servicio de pago periódico, por lo que no hay que hacer el desembolso, normalmente bastante elevado, para adquirir el software, hardware, licencias y otros extras.

 

2. Sin mantenimiento

No hay gastos de mantenimiento porque este corre a cargo de la empresa proveedora. Eso incluye la gestión de copias de seguridad, soporte, solución de incidencias, etc. Conviene leer la letra pequeña del servicio para evitar sustos.

 

3. Mayor adaptabilidad

En ocasiones necesitamos ampliar la cobertura de los servicios contratados. Esto es más sencillo con los servicios en la nube, que tienen más opciones para diseñar “a la carta” lo contratado, y aumentar o recortar en función de las necesidades puntuales. 

En la versión on premise adquirimos un número determinado de licencias, por lo que la flexibilidad en este sentido es menor. 

 

4. Fácil implementación

Básicamente se necesita conexión a internet con un ancho de banda suficiente en los equipos en los que se instale. A partir de ahí, todos los equipos se configuran para establecer comunicación con el servidor general en la nube.

 

5. Movilidad

Se puede acceder a los datos desde cualquier ubicación y con cualquier dispositivo. En según qué casos, esto es una ventaja importante.

 

¿Y qué más hay que tener en cuenta?

Algo importante es comprobar la conexión a internet antes de contratar un servicio en la nube, ya que para que todo funcione es imprescindible una conexión sin fluctuaciones. 

En zona urbana esto no es un problema, y tampoco debería serlo (teóricamente) si la empresa está instalada en un polígono industrial convenientemente dotado de servicios, fibra entre ellos. 

Pero si la empresa está en el extrarradio o en otro tipo de ubicación, sí pueden plantearse dificultades. Por tanto, es algo a comprobar en caso de que se esté estudiando alguna opción cloud.

Otro punto que suele provocar dudas es la seguridad. Muchos clientes se preguntan qué va a pasar con sus datos, si van a estar custodiados con garantías, si puede haber fugas de información, o si hay posibilidades de que sus copias de seguridad no se guarden correctamente.

La verdad es que una opción en la nube puede ser incluso más segura que un servidor local, simplemente porque cuentan con el personal y la tecnología adecuados. ¿Que puede haber fallos? Sí, puede (ningún sistema es 100% seguro), pero la probabilidad es baja. 

En cambio, en el caso de un sistema on premise es el cliente quien asume la responsabilidad del mantenimiento del servidor, realizar las actualizaciones, etc., clave para garantizar la seguridad.

 

¿Cuál es tu opción, on premise o cloud?

Como en todos los sectores, en logística también existe la posibilidad de elegir software en la nube para implantar sistemas de gestión de almacén, entre otras funcionalidades.

Para saber qué conviene más en cada caso, lo mejor es realizar una valoración profesional y estudiar las distintas posibilidades. ¿Quieres que hablemos? Contacta con nosotros, cuéntanos qué necesitas, y te proponemos soluciones.